domingo, 28 de noviembre de 2010

Ejercicio para revelar la psicología de los personajes mediante acciones detalladas

Diseñado por Betuel Bonilla Rojas

Uno de los principales problemas de los escritores latinoamericanos, especialmente, tiene que ver con la incapacidad que manifiestan a la hora de fijar ciertos detalles específicos de algunas acciones capitales de los personajes. El escritor latinoamericano es más dado a la resolución general de una acción, y luego pasa a la otra sin dejar rastro alguno. Estos detalles omitidos hacen, en la mayoría de los casos, que el lector no tenga del personaje información distinta a un movimiento general, que no conozca los rasgos psicológicos de éste. Cada pequeño detalle dice tanto de un personaje que a veces hace innecesarias descripciones posteriores. Un caso ejemplar de este tipo de construcciones es el de Jerome David Salinger, el extraordinario escritor neoyorquino. Miremos un ejemplo tomado de su cuento “Justo antes de la guerra con los esquimales”, de su libro Nueve cuentos:

De pronto se oyó una voz masculina que gritaba desde otra parte de la vivienda:
—¡Eric! ¿Eres tú?
Ginnie supuso que era el hermano de Selena, a quien ella no conocía. Cruzó sus largas piernas, arregló los bajos de su abrigo sobre las rodillas y esperó.
Un joven con gafas, en pijama, descalzo, se precipitó en la habitación, con la boca abierta.
—Diablos, creí que era Eric —dijo. Sin detenerse y con un aire extremadamente lamentable, siguió a través de la habitación apretando algo contra su pecho estrecho. Se sentó en el otro extremo del sofá.
—Acabo de cortarme este asqueroso dedo —dijo con cierta ansiedad. Miró a Ginnie como si fuera natural que la joven estuviera sentada allí—. ¿Alguna vez te has cortado un dedo? ¿Hasta el hueso? —preguntó. Su voz chillona contenía un verdadero ruego, como si Ginnie, con su respuesta, pudiera evitarle la desagradable tarea de romper el hielo.
Ginnie lo contempló extrañada.
—Bueno, no precisamente hasta el hueso —dijo—. Pero me he cortado.
Era el muchacho, o el hombre —le era difícil determinarlo—, más cómico que había visto jamás. Tenía el pelo revuelto como si acabara de levantarse, y una barba rala y rubia, como de dos días o más. Su aspecto era... bueno, parecía un tonto.
—¿Cómo te has cortado? —preguntó Ginnie.
Con la boca floja y entreabierta, tenía la vista fija en el dedo lastimado.
—¿Qué? —dijo él.
—¿Cómo te has cortado?
—¿Cómo diablos puedo saberlo? —dijo, dando a entender con su entonación que la respuesta a esa pregunta era irremisiblemente oscura—. Buscaba algo en la asquerosa papelera, y estaba llena de hojas de afeitar.
—¿Eres hermano de Selena? —preguntó Ginnie.
—Sí, diablos, me estoy desangrando. No te vayas. Tal vez necesite una de esas inmundas transfusiones.
—¿Te has puesto algo?
El hermano de Selena apartó un poco la mano herida del pecho y se quitó la venda para que Ginnie disfrutara de su aspecto.
—Sólo papel higiénico —dijo—. Para la sangre. Como cuando uno se corta al afeitarse —de nuevo miró a Ginnie—. ¿Quién eres? —preguntó—, ¿amiga de esa estúpida?
—Vamos a la misma clase.
—¿Sí? ¿Cómo te llamas?
—Virginia Maddox.
—¿Eres Ginnie? —dijo, observándola con los ojos entrecerrados tras las gafas—. ¿Eres Ginnie Maddox?
—Sí —dijo Ginnie, descruzando las piernas.
El hermano de Selena volvió a fijarse en el dedo, evidentemente su verdadero y único centro de atención (2008:65, 67, 67).

Es suficiente. Las partes subrayadas son justamente esos elementos adicionales (acciones o acompañamientos de acciones) que hacen que el lector fije los ojos justo allí. Aunque parezcan en primera instancia datos gratuitos, son en realidad éstos, y no las acciones generales, los que revelan ciertas patologías, por llamar de alguna manera a tales actos tan específicos. Lo mismo ocurre en el cuento "Un hombre bueno es difícil de encontrar", de la escritora norteamericana Flannery O'Connor. En este segundo caso, la abuela, a la que al final del cuento le ocurre algo terrible, anuncia aquellas características que la harán ser blanco del ex presidiario. Fíjense en lo que destacan los subrayados:

A la mañana siguiente la abuela fue la primera en subir al coche, lista para partir. A un costado dispuso su gran bolsa de viaje negra que parecía la cabeza de un hipopótamo y debajo de ella escondía una cesta con Pitty Sing, el gato, en el interior. No tenía la menor intención de dejar solo al gato durante tres días, porque éste la echaría mucho de menos y ella temía que se frotara con la llave del gas y se asfixiara por accidente. A su hijo, Bailey, no le gustaba llevar un gato a un motel.

Se sentó en el centro del asiento trasero, con John Wesley y June Star a cada lado. Bailey, la madre de los niños, y el bebé se sentaron adelante. Y así salieron de Atlanta, a las ocho y cuarenta y cinco, con el cuentakilómetros del coche en 89.927. La abuela lo anotó, porque pensó que sería interesante decir cuántos kilómetros habían hecho cuando regresaran. Tardaron veinte minutos en llegar a las afueras de la ciudad.

Entonces, a ampliar ciertas acciones:

a) Dos personas que hablan mientras almuerzan pescado.
b) Una persona ve televisión muy concentrada y otra intenta subir volumen a su equipo de sonido.
c) Una madre reprende a su hijo por no haber realizado a tiempo los deberes de la casa.
d) Una enfermera intenta hacer una curación a una anciana terca y obstinada.

Jerome David Salinger (1919-2010)









domingo, 21 de noviembre de 2010

Ejercicio de gramática, ortografía y fluidez narrativa

Diseño de Betuel Bonilla Rojas

1. Ubique las tildes en las palabras que, de acuerdo con las reglas de la RAE, deben llevarlas. Reflexione sobre el porqué de su uso

El escritor esperaba que sus libros fructificasen en el sotano del editor, y asi sucedio un dia despues de muchos años de espera.
Entonces el editor le dijo:
—Le hago un contrato por todo, un contrato segun el cual su cabeza pasara a ser propiedad mia.
El escritor aprovecho el ofrecimiento y firmo la venta de su cabeza.
Pronto se comio los alimentos estipendiados y se moria por no poder ser libre, porque toda su produccion era de aquel editor que ya no le pagaba nada.
Entonces publico con otro editor una obra nueva.
—Esa obra me pertenece —le dijo el editor que habia comprado su cabeza.
—Esta obra que esta teniendo mas exito que todas las otras obras mias no le pertenece.
—¿Como puede ser eso?
—Porque esta obra no ha sido escrita con la cabeza, sino con los pies. (Contrato editorial-Ramon Gomez de la Serna)

2. Lea cuidadosamente el siguiente recado y ubique las tildes en las palabras que, de acuerdo con las reglas tratadas, deban llevarlas:

Licenciado Jesus Perez Suarez.
A las 4:15 llego la notificacion que usted esperaba. La entrego un mensajero, quien me pidio que le avisara de inmediato porque se trataba de algo urgente. La deje en el salon de juntas porque su oficina esta cerrada. Ademas, le pedi a Maria Jose que intentara ubicarlo en la estacion de radio, donde quiza podria localizarlo.

3. Lea cuidadosamente el siguiente fragmento y explique debido a qué reglas deben tildarse las palabras subrayadas:

Ya en la isla lo conocían todos, y en España hablaban de él. Era flaco, y de nariz muy larga, y la ropa se le caía del cuerpo, y no tenía más poder que el de su corazón (…) Le parecía que era su mano la que chorreaba sangre, cuando sabía que, porque no pudo con la pala, le habían cortado a un indio la mano: creía que él era el culpable de toda la crueldad, porque no la remediaba. Sintió como que se iluminaba y crecía, y como que eran sus hijos todos los indios americanos. De abogado no tenía autoridad, y lo dejaban solo. De sacerdote tendría la fuerza de la Iglesia, y volvería a España, y daría los recados del cielo, y si la corte no acababa con el asesinato, con el tormento, con la esclavitud, con las minas, haría temblar a la corte. (El padre Las Casas. José Martí)

4. Ubique los signos de puntuación que correspondan en el siguiente texto:

En la pasada reunión del Consejo Académico celebrada en la Biblioteca César Pérez García se resolvió lo siguiente designar al doctor José David Tovar coordinador del Programa de Contaduría Pública como encargado general de Currículo al doctor Henry Rubiano director del CIUCC como responsable de la parte investigativa en general a la doctora Martha Monsalve coordinadora del programa de Comunicación Social como encargada de la parte de promoción de los programas académicos y a la doctora Martha Estela Cadena directora de Registro y Control como responsable de lo concerniente a las convocatorias para pagos oportunos de matrículas se espera que dependiendo de las fechas contempladas para cada uno de los trámites las personas nombradas empiecen su labor oportunamente

5. Ubique los signos de puntuación que correspondan en el siguiente texto:

A la reunión de fin de año asistieron las siguientes personas Juan el electricista Pedro el bibliotecario Jesús el maestro de obra Carlitos el mensajero Luz María la secretaria general Iván el de servicios generales Tobías el vigilante Carmen la de las fotocopias Saúl el encargado de deportes Viviana la secretaria del doctor Aldemar y Graciela la señora de la portería
¿Cuántas personas asistieron a la reunión?: _________________

6. Con el siguiente listado de oraciones elabore un texto narrativo coherente, ubicando debidamente los signos de puntuación correspondientes:

a) Ana María cerró la puerta con doble llave, por si las moscas
b) Mariana muy asustada dio la orden de que todos salieran porque estaba temblando
c) Efraín el ascensorista oprimió el botón y les abrió con prisa
d) Julián el contador cerró los cajones del escritorio corrió de prisa hacia la puerta y la siguió
e) Antes de que alguno se moviera el circuito cerrado de televisión avisó a todos los del quinto piso que por razones de seguridad era mejor usar el ascensor
f) Ana María se había demorado buscando las llaves y por eso salió de última
g) De pronto sonó el teléfono
h) Carlota la secretaria no tuvo tiempo de apagar el computador y salió disparada hacia la puerta detrás de Julián
i) Mariana contestó y abrió los ojos como sorprendida
j) Teresa la tesorera la más cercana a Mariana fue la primera en salir despavorida
k) Todos miraron a Mariana y sin que ella dijera algo leyeron en su mirada el horror
l) Cuando se reunieron en el pasillo ya el ascensor iba llegando al quinto piso
m) Mariana se había quedado esperándola
n) Ya adentro sonriendo nerviosos se sintieron un poco más seguros
o) Luego salieron Mariana y Ana María cogidas de la mano
p) Los demás pisos debían usar las escaleras
q) No se hicieron esperar

7. Ubique los signos de puntuación que correspondan en el siguiente texto:

Para esta prueba de puntuación se deben tener en cuenta los siguientes casos el punto con todos sus usos la coma con todas sus posibilidades los puntos suspensivos aun cuando se combinan con otros signos y la interrogación incluso cuando también se combina con otros signos.

8. Ubique los signos de puntuación que correspondan en el siguiente texto:

Al otro a Borges es a quien le ocurren las cosas yo camino por Buenos Aires y me demoro acaso ya mecánicamente para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico me gustan los relojes de arena los mapas la tipografía del siglo XVIII las etimologías el sabor del café y la prosa de Stevenson el otro comparte esas preferencias pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil yo vivo yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica
(Borges y yo-Jorge Luis Borges)

9. Ubique coma o punto y coma cuando el caso, según las reglas, lo amerite, y explique por qué, en una u otra circunstancia, se utiliza:

a) Iré pero más tarde
b) El punto y coma es un signo que en ciertos momentos puede tener una forma subjetiva de asumirse sin embargo hay otros casos en que es indispensable su uso
c) Carlos el hijo de Luis es buen estudiante Juan el hijo de Pablo no
d) Inés sal de allí
e) Pepe corre a traer el periódico
f) Los soldados cansados volvieron al cuartel

10. Indique en las siguientes oraciones, según el acento diacrítico, cuáles palabras subrayadas deben tildarse y cuáles no. Establezca las diferencias entre una y otra:

a) El hombre le ruega a la señora para que le de algo de comer
b) Si al niño se le atiende antes hubiera podido volver en si
c) Si, yo voy, pero si va Martha
d) Yo no se por qué María se fue temprano del trabajo
e) Todos los martes el sale temprano y toma el colectivo en la esquina
f) Aun no es hora de irnos; dijimos que aun los sábados trabajaríamos hasta la una
g) ¿Por qué vino solo? El llamado de atención era solo para Pablo
h) Tu verás si trabajamos en tu casa o en la mía
i) Estas pruebas son duras para mi; mi fuerte son las mayúsculas
j) Los asistentes al taller estudiaron acentuación mayúsculas puntuación y gramática y aprendieron mucho

Respuesta al ejercicio 6
(g)-De pronto sonó el teléfono. (i)-Mariana contestó y abrió los ojos, como sorprendida. (k)-Todos miraron a Mariana y, sin que ella dijera algo, leyeron en su mirada el horror. (b)-Mariana, muy asustada, dio la orden de que todos salieran porque estaba temblando. (e)-Antes de que alguno se moviera el circuito cerrado de televisión avisó a todos los del quinto piso que por razones de seguridad era mejor usar el ascensor. (p)-Los demás pisos debían usar las escaleras. (q)-No se hicieron esperar: (j)-Teresa, la tesorera, la más cercana a Mariana, fue la primera en salir despavorida; (d)-Julián, el contador, cerró los cajones del escritorio, corrió de prisa hacia la puerta y la siguió; (h)-Carlota, la secretaria, no tuvo tiempo de apagar el computador y salió disparada hacia la puerta, detrás de Julián; (0)-Luego salieron Mariana y Ana María, cogidas de la mano. (f)-Ana María se había demorado buscando las llaves y por eso salió de última. (m)-Mariana se había quedado esperándola. (a)-Ana Maria cerró la puerta con doble llave, por si las moscas. (l)-Cuando se reunieron en el pasillo ya el ascensor iba llegando al quinto piso. (c)-Efraín, el ascensorista, oprimió el botón y les abrió con prisa. (n)-Ya adentro, sonriendo nerviosos, se sintieron un poco más seguros




 

viernes, 19 de noviembre de 2010

Ejercicio de composición de metáforas

Este es un trabajo planteado por Ramón Iván Suárez Caamal, que incluye, además de los ejercicios, una valiosa aproximación teórica a la metáfora como el recurso literario más a mano para la elaboración de imágenes en la escritura creativa. Aunque en realidad el mayor valor de la metáfora parece tener un territorio más propicio en el quehacer poético, también los narradores requieren de ellas en muchas ocasiones.

Lee el modelo de estos versos de Carlos Pellicer:

ESTUDIO


Esta fuente no es más que el varillaje
de la sombrilla

que hizo andrajos el viento.
Estas flores no son más que un poco de agua
llena de confeti.
Esa nube es mi camisa
que se llevó el viento.
Esa ventana es un agujero
discreto o indiscreto.
¿El viento? Acaba de pasar un tren
con demasiados pasajeros...


A partir de este modelo, proponga metáforas para cada uno de los siguientes elementos:

Ø Este árbol es
 _________________________________________________


Ø Esta luna es
 _________________________________________________


Ø La noche es
 _________________________________________________


Ø Aquella mosca es
_________________________________________________

Grupo Renata Neiva con el escritor asociado Cristian Valencia

Sesión de visita de escritor asociado

jueves, 18 de noviembre de 2010

Ejercicio para la elaboración de diálogos

El diálogo, asumido en su condición de fortaleza narrativa, está siempre revestido de un carácter de dinamismo y fluidez secuencial. En los diálogos, los personajes, no importa el tipo de narrador que los guíe, intervienen de primera mano y nos hacen sentir, de forma directa, aquello que les provoca cierto tipo de reacciones. En el diálogo el narrador no desaparece, sólo se oculta transitoria e intencionalmente para que sean los personajes los que enteren al lector de algunas situaciones del relato. En ocasiones, si el diálogo no supera la capacidad de plasticidad y fuerza narrativa de la voz del narrador, se hace innecesario. Baste, para mirar la eficacia de los diálogos en la suplantación de la voz narradora principal, algunos cuentos de Ernest Hemingway, Edmundo Valadés o Gabriel García Márquez.

Ejercicio:

A continuación encontrará una situación narrativa contada por una voz narradora en la variante clásica de la tercera persona. Dicha situación puede ser sustituida por un diálogo, también clásico, mediado por la voz narradora (trabajar a partir del modelo de “Los asesinos”, de Ernest Hemingway, o apelando a la forma de diálogo en el que la voz narradora se oculta definitivamente en las interlocuciones y tan sólo crea el contexto previo adecuado (trabajar a partir del modelo de “Un día de estos”, de Gabriel García Márquez). El texto tiene ciertos énfasis que no se pueden perder; por el contrario, el diálogo debe procurar afianzarlos, mediante gestos, giros del cuerpo, pausas, preguntas o exclamaciones, silencios y elipsis.

Situación narrativa:

Fue en aquella ocasión, apremiado por las constantes apariciones de Isabel en su oficina —apariciones que demás está señalar lo desesperantes que eran y lo mucho que lo hacían salirse de sus ocupaciones—, que Óscar tomó la decisión de cantarle algunas verdades, por supuesto, con las debidas interrupciones y defensas de ella. Le dijo, por ejemplo, que de no ser por él, ella andaría todavía en aquel barrio miserable, con el mismo novio oportunista que le sobaba las piernas con el único propósito de usufructuar su virginidad, y aunque ella respondió algo sobre el placer en un repentino susurro, él contraatacó enumerando todas las posibilidades y ventajas de las que ahora gozaban su madre y sus hermanos (porque su papá era un viejo borracho que los había abandonado), y entró a enumerarle, una a una, las ocasiones en que ponía a disposición de su familia no sólo su dinero, sino sus influencias y sus contactos. No en vano ahora sus hermanos andaban en lujosos carros y desparramaban a manos llenas un dinero que sin su ayuda jamás hubieran logrado conseguir. Como Isabel agachaba la cabeza y de vez en cuando repostaba con cierta risilla provocadora, o algún monosílabo lo suficientemente alto como para que él percibiera la enorme carga de desprecio que había en éstos, él doblegaba la intensidad de su furia y le escupía más y más favores, siempre dejando deslizar algún adjetivo de ésos en los que se percibe el más notorio desprecio por el otro, por el que está al frente. De todas maneras, cualquiera que presenciara este tipo de escenas, muy frecuentes en cada mañana, presagiaría, merced a la manera en que cada uno asumía la retirada, que siempre la triunfadora era Isabel, así, vista en primera instancia, fuera la que menos hablara.

Ejercicio de composición de imágenes literarias

Lea el siguiente fragmento del escritor alemán Michael Ende, el extraordinario autor de La historia interminable y Momo:

"Ese ser llamado Anrula vive en un país tan lejano que todos los intentos de describirlo (el país) tienen que fracasar, pues la descripción de una región, incluida la más exótica, sólo está bien conseguida cuando se toma como referencia algo comparable y conocido. Yo, por ejemplo, quiero hablar de árboles: pues entonces, será cuestión de árboles que, como cabellos de mujer, ondean lentamente, de acá para allá, como torrentes de agua, pero no horizontalmente, sino en vertical, hacia arriba, como llamas, pero tampoco exactamente. Hasta para una descripción tan vaga recurro a todo género de imágenes conocidas: árboles, cabellos de mujer, agua, llamas".


A partir de este ejemplo intente describir, mediante imágenes comparativas, bien a través de símiles, de metáforas o de hipérboles, los siguientes elementos que forman parte de la cotidianidad:

a) Un hombre calvo:
________________________________________________


b) Un perro callejero:
________________________________________________

c) Una fila en un banco:
________________________________________________


d) Un niño recién nacido:
________________________________________________

Sesiones de trabajo de nuestro taller

Trabajo con el escritor asociado Antonio Ungar

Trabajo con el escritor asociado Nahum Montt

Trabajo con el escritor asociado Octavio Escobra Giraldo

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Cuentos recomendados

En el libro Así se escribe un cuento, el escritor Mempo Giardinelli realiza una serie de entrevistas a escritores a quienes él reconoce y estima como maestros en el género breve. El creador de Puro cuento, una de las revistas más emblemáticas del género en América, insiste en la parte final de sus preguntas para que los entrevistados revelen los nombres de aquellos cuentos que los han marcado como lectores y como escritores y que, eventualmente, puedan servir de hoja de ruta para posibles escritores de cuentos. Obviando aquellos textos que se consideran ya piezas célebres del género, y que de tan populares resulta una redundancia mencionarlos —los más conocidos de García Márquez, de Borges, de Quiroga, de Hemingway, algunos de Cortázar—, se deja a disposición de los lectores este listado, sacado a mano, para que cada quien los rastree y se disponga a compartir la felicidad que sintieron los maestros al leerlos:

*La perfecta casada – Angélica Gorodischer
*La última huelga de los basureros – Bernardo Kordon
*El juguete rabioso – Roberto Arlt
*Escritor fracasado – Roberto Arlt
*Babilonia revisitada – Scott Fitzgerald
*Penas tempranas – Scott Fitzgerald
*El sueño de Tennessee – Brett Harte
*Los bandidos de Poker Flat – Brett Harte
*Los papeles de Aspem – Henry James
*Las grandes ilusiones – Charles Dickens
*La dama de espadas – Alexander Pushkin
*Las dos Elenas – Carlos Fuentes
*Los compas – Edmundo Valadés
*La muerte tiene permiso – Edmundo Valadés
*Instrucciones para John Howell – Julio Cortázar
*Axolotl – Julio Cortázar
*El tío Facundo – Isidoro Blaisten
*En memoria de Paulina – Adolfo Bioy Casares
*Cenin – Akutakagua
*En absence – Max Beerbohn
*Enoch Soams – Max Beerbohn
*El infante – Máximo Gorki
*La inundación – Enrique Wernicke
*El señor cisne – Enrique Wernicke
*Hojas rojas – William Faulkner
*La caja de vidrio – Ricardo Piglia
*El zapallo que se volvió cosmos – Macedonio Fernández
*Las hortensias – Felisberto Hernández
*El prodigioso miligramo – Juan José Arreola
*Hierba del cielo – Marco Denevi
*Charlie – Marco Denevi
*El rey de Finlandia – Carson McCullers
*El murciélago – Luigi Pirandello
*Las dos mujeres – Giuseppe Marotta
*El marinero de Ámsterdam – Guillaume Apollinaire
*La muerte viaja en una Olivetti – Miguel Ángel Molfino
*Exactamente como los perros – Dylan Thomas
*Una tragedia en Harlem – O’Henry

martes, 5 de octubre de 2010

Minicuentos del escritor guatemalteco José Barnoya

Con la venia que me procura la intención de dar a conocer el trabajo de los amigos creadores, publico unos pocos minicuentos que mi amigo José Barnoya tuvo a bien compartir. Entiendo que la literatura permite crear lazos sólidos de amistas. Bienvenido su trabajo a nuestro Taller, amigo José.

LAS ÚLTIMAS PALABRAS
Agonizante, el dictador entreabrió la boca para decir: Perdono a todos y cada uno de mis enemigos, con la única condición de que no asistan a mi entierro.

Pueden quedarse en sus tumbas.

CONTRADICCIÓN


Habló, habló y habló.
Como ninguno le llevaba la contraria, tomó Dios en sus manos a un ángel, le arrancó las alas, le colocó dos cuernos y una cola, y le entregó un tridente.

ASÍ ES EL AMOR

Todas en fila. Se les quedó mirando fijamente con lascivia. Escogió a la tercera de la segunda fila.

Con la mano izquierda le ciñó el cuello. Con la derecha empezó a acariciarle el vientre. Apasionadamente, acercó sus labios a la boca anhelante de ella. Después, se la bebió enterita.

CRISTO


Al empezar la ascensión sintió sobre su hombro el peso de una cruz.

Al llegar a la cima del calvario llevaba una ametralladora.

EL MANCO DE LEPANTO
Era siete de octubre de mil quinientos setenta y uno. En pleno mar Mediterráneo luchaban dos armadas: la turca de Mehemet Sirico, con la europea capitaneada por Juan de Austria. Musulmanes contra venecianos, pontificios y españoles.
Frente a frente, se encontraron un soldado turco con un español. De un arcabuzazo, el turco le destrozó la mano izquierda al español.
Sin el menor gesto de rencor, el español dijo: Gracias; y con la mano derecha se puso a escribir el Quijote.

LA SAGRADA FAMILIA

De Dios estuvo que fuera yo el resucitado y no mi padre.

Se hubiera puesto como mil Diablos, al oír lo que andan diciendo: Que mi madre es una Virgen.
DESCUBRIMIENTO

El Almirante mandó a ajusticiarlos, tan sólo porque no habían llegado a recibirlos.
Y los indios no se habían presentado, sólo porque vieron en su calendario que el día 12 de octubre, estaba pintado con números rojos.


MISS UNIVERSO

Ella creyó que había resultado ganadora por sus medidas exactas, su cabellera rubia, y su sonrisa cautivadora.

El jurado se había fijado más en su estampa, su cabeza erguida y los treinta litros de leche que producía diariamente.
IRONÍA


Pueden estar orgullosos, el informe reveló que es todo un hombre, tiene un cromosoma X y un cromosoma Y.
Treinta y tres años después lo sepultaron como X-X.


METAMORFOSIS

Queda terminantemente prohibido volar. No puede usted hacerlo, ordenó la mariposa.

Tengo derecho a volar, además, de hoy en adelante vas a tratarme de tú. En ese instante empezaron a brotarle algo así como un par de alas a la crisálida.

DENUTRICIÓN

Cuando la maestra lo reprendió por no saber escribir la palabra pan, el niño respondió que nunca lo había comido.




REPRESIÓN

La única forma de terminar con la subversión es ésta:

Tomó en sus manos la guía telefónica y empezó a hojearla por la letra A.


LA PREGUNTA DEL RECLUTA

-¿Quién fue primero, Jefe, la bala o el cañón?

-Yo-
(Tomado del libro: LAS ÚLTIMAS PALABRAS de José Barnoya García. Talleres Gráficos de Serviprensa Centroamericana de Guatemala. 14 de septiembre de 1990 y 14 de enero de 1993.

lunes, 4 de octubre de 2010

Angel Santiesteban, La Habana, Cuba, 1966

                                                    Ángel Santiesteban

El juicio, de Ángel Santiesteban


El juicio
Ángel Santiesteban

El viejo camina por el pasillo arrastrando su pierna renga. Hace tres meses que llegó y los presos se preguntan qué pudo haber hecho esa calamidad de ser humano para que el fiscal decidiera enviarlo a prisión preventiva hasta el día del juicio. Avanza como si fuera una babosa y lo miran con repugnancia. Algunos curiosos se le han acercado para preguntarle y el anciano siempre responde titubeante que está ahí por problemas personales. Nadie se conforma con su silencio, saben que el misterio oculta su vergüenza entre tantos avergonzados, lo que hace sospechar que la de él es más grave. Los reclusos prefieren que se mantenga alejado.
            Para que averiguaran en la tarjeta de control de la prisión por qué causa el viejo está preso, el Enano pagó una caja de cigarros. Nadie sabe qué obsesión tiene él por conocer la verdad, dice que algo le huele a quemado y mueve la cabeza afirmando.
            El Enano ha estado toda la mañana sentado junto a la puerta esperando la noticia, sabe que el viejo no es tan ingenuo como quiere aparentar. Fuma y observa la entrada del patio de la prisión por donde aparecerá de un momento a otro el confidente. A veces mira al viejo amenazante, pero éste prefiere hacerse el desentendido.           
            Del otro lado de los barrotes alguien se le acerca al Enano y le habla pegado al oído. Luego el mensajero se va y él recorre con una mirada a los presos que se mantienen dentro de la galera. Avanza hasta la cama del anciano que finge no verlo. Así que problemas personales, dice.
            El mandante se acerca y pregunta qué pasa; el Enano explica que es un asunto que tiene que ver con cada hombre de esta galera: en la historia de las prisiones los presos no han soportado el delito de corrupción de menores. Se inicia un murmullo por la sorpresa de la noticia, yo siempre sospeché que tenía que ver con algo de eso. No soporto a los tipos que manosean a los niños.
            El jefe va hacia donde está el viejo y lo golpea en la cara, lo hace caer y éste queda acostado en el piso, sólo se mueve hacia un rincón para protegerse, dice que es inocente, estoy por otra causa. El Enano le grita que no hable bajito, si quiere defenderse que lo haga delante de todos. Desde el piso, el anciano se niega a dar explicaciones. Los reclusos se acercan, lo miran con dureza, intentando desentrañar la verdad. El mandante advierte que si es inocente le conviene hablar porque de ahora en adelante te espera el infierno y no podrás soportarlo, tendrás que limpiar el baño todos los días, nunca saldrás al pasillo central, ni siquiera a orinar, sin mi consentimiento; te daré menos ración de leche y de pan; la jaba que te traiga la familia será confiscada; tu cama estará al lado de los baños; te quitaré la colchoneta para que duermas sobre la tabla de la litera; serás el último en bañarte, en lavarte la boca; sólo podrás tomar un vaso de agua al día, ¿entiendes?, cuenta la verdad, será mejor para ti. El viejo continúa negando. Calabaza propone que en la noche se haga un juicio como los de verdad, que tenga derecho a un abogado defensor, a un fiscal y jueces. El Enano se ofrece de fiscal. El Títere pide ser la defensa. Y, por supuesto, el mandante será el único juez.
            Durante el resto del día en la galera se comenta sobre el juicio, qué sanción tendrá y si podrá cumplirla en su estado físico. El viejo no quiere almorzar. Ha permanecido en silencio, sentado en su cama sin moverse, mira espantado los preparativos mientras colocan las literas en círculo alrededor de una que han situado en el medio.
Regresamos de la comida, el viejo tampoco quiso comer, mantuvo las manos unidas, posiblemente para que no descubrieran su nerviosismo. A pesar del hambre nadie le pidió su bandeja que regresó como la sirvieron; los fregadores buscaron por el hueco de entrega quién lo hizo y cuando vieron la anciana figura y su desgastada imagen, comentaron que seguro era un tuberculoso.
Cuando regresamos del comedor, el viejo recogió sus pertenencias, las introdujo en una funda y amarró la punta con un nudo. Le cuesta trabajo encender un fósforo. Cuando lo logra, se le apaga con el movimiento nervioso de sus manos; en los labios, el cigarro sin encender se ha humedecido y algunas gotas de saliva caen sobre el pantalón. Finalmente, decide no fumar y espera.
Los presos se acomodan sobre las literas para presenciar el espectáculo. A una señal del mandante, Albino y Jábico asumen como alguaciles y van en su búsqueda. Lo sujetan por los brazos, las piernas apenas lo sostienen y a veces le fallan, hacen por doblarse, pero sus acompañantes lo aguantan, le dicen burlones que no sea artista, que haga lo que haga el juicio va, mejor te portas como un hombre y quizá hasta te sirva de atenuante. Al llegar a la litera que han colocado en el centro, el mandante le pregunta el nombre completo, edad, lugar de nacimiento, hijo de…; cuando responde, pide que lo suban sobre la litera. Con dificultad lo elevan hasta el tercer nivel, quiere sentarse pero le ordenan permanecer de pie; dice que no puede sostenerse y el llanto quiere escapársele, pero al ver el rostro del mandante, que hace un gesto de impaciencia, logra contenerlo. El jefe alza la voz para avisar que se le hará un juicio por Corrupción de Menores.
El anciano mira hacia los lados, como buscando una persona razonable que proteste a su favor; pero todos permanecen inmóviles. El enano le pide que narre los hechos. El viejo mueve los hombros, no sabe de qué hablan. Jábico mira al jefe que, con un gesto aprobatorio, le ordena que mueva la cama y lo hace con gusto, riéndose; el acusado pierde el equilibrio, cae y queda sostenido en una esquina de la litera, con el cuerpo ladeado, casi afuera. Calabaza lo sostiene, dice que para la próxima lo dejará caer y seguramente se partirá la cadera. Aún más tembloroso, el viejo logra reponerse, a veces hace por arrodillarse pero no se lo permiten; en vano las manos buscan en el aire dónde sujetarse. El Enano le pregunta si hablará, el anciano va a negar y Jábico vuelve a mover la cama y el viejo suplica que no lo haga, que hablará, y comienza a llorar. El Enano le grita que acabe de contar qué sucedió. El viejo asiente con la cabeza, a veces intenta abrir la boca pero no le sale ningún sonido. Explica que fue sin querer, un malentendido, realmente no fue su intención; los padres lo acusaron porque lo odiaban, son mala gente, pésimos vecinos, loca que está esa familia. Siempre ha sido un hombre honorable, de respeto, trabajador, tengo esposa, hijos, nietos… El Enano lo interrumpe, lo conmina a que explique qué ocurrió.
El viejo desea permanecer callado, quiere quedarse en la cama sin que lo molesten; pero sabe que tiene que convencerlos. Sólo le daba caramelos, me gustan los niños como a todos, y trata de exhibir una sonrisa infantil. Y cómo hacía para darle los caramelos, le preguntan. Ni siquiera la tocaba, dice, simplemente le señalaba dónde tomarlos. La galera está en silencio, los reclusos permanecen atentos a cada palabra. ¿Dónde estaban los caramelos? Guardados, responde. ¿Guardados dónde? No habla. Es evidente que ha cometido delito, dice un preso, y el jefe lo manda callar. El Enano alza la voz para volver a preguntarle dónde los guardaba. El viejo continúa en silencio y Jábico se acerca a la cama para moverla. El anciano se asusta, pide que no lo haga, por lo que más quiera, me voy a caer, mijo. El Enano le advierte que no le dará más oportunidades, es la última. Asegura que los guardaba dentro del bolsillo. ¿Y estaban los caramelos dentro de ese bolsillo? El viejo quiere quedarse callado pero mira a los ojos del Jábico que delatan los deseos de empujarlo y hacerlo caer desde esa altura. A veces, dice. ¿A veces qué? Si no era en ese bolsillo lo tenía en el otro, el caso es que los caramelos estaban allí. ¿Y en el bolsillo equivocado qué había? Nada, responde.
El Enano camina impaciente, conque nada, dice y se rasca la cabeza. Seguramente que algo había allí. Insiste en saber qué encontraba la niña en el bolsillo equivocado. Esa vez que me acusaron fue sin querer, ni yo sabía que el bolsillo estaba roto. Jábico va hacia la cama para moverla, pero el mandante le ordena regresar. El Enano le exige al acusado que termine, ¿qué tocó la niña cuando su mano llegó al final del bolsillo? No quiere contestar, le suplica que no continúe, es suficiente. El mandante le advierte que está obligado a contestar las preguntas del fiscal, que cuando lo haga regresará a su cama. Afirma que la niña se confundió y tocó los genitales, que luego de buscar en el otro bolsillo y tomar los caramelos corrió para su casa a contarle a los padres; fue un accidente, asegura, nunca le haría algo así a una menor, no pueden imaginar cuánto he sufrido desde el día en que ocurrió ese malentendido.
Cuando el viejo termina de hablar se escucha el sonido metálico de una lata que el viento empuja en el patio central. El jefe le da la palabra al abogado defensor, y el Títere pide que tengan en cuenta la edad de su defendido, que es padre de familia, que la vejez a veces nos hace regresar a la niñez y podemos hacer cosas que después no sabríamos explicar. Los presos se emocionan y aplauden en apoyo a las palabras del Títere. El Enano asegura que los que aplauden son maricones o también les gusta tocar a los niños. Y se hace un silencio absoluto y nadie le responde, saben que tiene malas pulgas y puede joderlos. Ahora el Títere afirma que su defendido se retracta de los hechos y está penando por su conciencia que es el peor castigo que puede enfrentar un ser humano… Y el Enano le dice que no coma más mierda y termine de callarse, ¿cómo puedes pedir clemencia por un viejo hijo de puta que merece lo peor?
El mandante avisa que deliberará y en unos pocos minutos dará a conocer la sentencia. Va hacia una esquina de la galera, acompañado por el fiscal y la defensa, conversan, a veces miran amenazantes al viejo. Cuando deciden regresar, el jefe hace un gesto con las manos y los presos se levantan para recibirlos; dice que la sentencia es hacerlo pasear desnudo como un perro por la compañía con una correa al cuello, que cuando pase por las camas de los reclusos podrán azotarlo con las toallas. Los presos entusiasmados las mueven como látigos y ruidosamente golpean en el aire.
Sin esperar, el Enano hace un gesto a Albino y al Jábico para que cumplan la orden. Primero lo desnudan y ven su piel arrugada, luego le atan un pedazo de tela al cuello que sirva para halarlo y, obligado, avanza arrastrando por el piso rodillas y manos. El Enano lo pasea y es el que más lo golpea con la toalla; lo hace con gusto, los ojos le brillan y sonríe complacido.
Según avanza, los presos le van pegando con rabia, primero la piel se le pone roja, luego se va oscureciendo; el viejo mantiene la boca cerrada, sólo llora, apenas unas lágrimas que le corren por la cara, a veces salta por las patadas que el Enano le propina en los costados del cuerpo. El viaje es largo y cada vez se hace más lento; por momentos le fallan los brazos y apoya el pecho o los hombros, y el Enano se ensaña más, le da con la punta de sus zapatos y con las rodillas. Los reclusos han comenzado a asustarse, temen que no soporte y después haya investigaciones y alguien tenga que pagar; varios presos prefieren no pegarle y el Enano los mira y los acusa de pendejos. Decide halarlo con la tela que sirve de arreo y el anciano se pone rojo, después morado, tose, necesita respirar, busca con angustia un soplo de aire que lo libere de la estrangulación, de la tela que se le encaja en la piel del cuello, deja caer un poco de baba, una escupida que sirve de auxilio, un aviso de que se ahoga, las manos crispadas tratando de arañar el piso, buscando algo que lo ayude a resistir. La mayoría de los reclusos ya no quiere mirar, no entienden por qué tanto ensañamiento. Cuando termina el recorrido, el Enano no está conforme y continúa descargando su rabia contra él, lo golpea con el puño por la cara y las costillas, grita, abusador, y empieza a llorar, y con gestos de loco, entre gritos, dice que fue un abuso contra esos niños. ¿Cómo pueden hacerlo? Sólo eran niños y eso no se cura. Es para siempre, coño. ¿Acaso no lo entienden? Es para siempre.

Tomado de Revista “el Cuentero” No 02. Centro Onelio Jorge Cardoso. Junio de 2006. Págs. 23-26.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cristian Valencia y Taller Renata Huila

Taller Renata Neiva en visita del escritor asociado Cristian Valencia. Sepetiembre 27 y 28 de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

Libros de Cristian Valencia


                                                Bitácora del dragón, novela

                                               El rastro de Irene, novela

Cristian Valencia


Cristian Valencia, escritor asociado de Renata

El escritor Cristian Valencia visita Renata Neiva

Por Betuel Bonilla Rojas
La noticia de falsa alarma acerca de una avalancha en Betania, en la década del ochenta, será el tema que desarrollará el narrador, cronista y columnista de opinión Cristian Valencia en la visita al taller “José Eustasio Rivera”, Renata Neiva. Cristian Valencia, quien escribe para El Tiempo y ha publicado crónicas en revistas como Cromos, Gatopardo, Credencial y Soho, estará en Neiva los días 27 y 28 de septiembre haciendo un trabajo de aprestamiento al género de la crónica con los escritores miembros de Renata Neiva. El escritor Betuel Bonilla Rojas, director del Taller en Neiva, manifestó que, dentro del programa de ‘escritores asociados’ que lidera la Red Nacional de Talleres Literarios, asociada al área de Literatura del Ministerio de Cultura, la visita de Valencia es un logro muy importante para el grupo ya que la crónica permitirá abordar temáticas que han tenido eco en el grupo pero que aún no se han adelantado por falta de un acompañamiento de primer nivel.

La agenda de trabajo incluye reunión y ejercicio de escritura con los veinte escritores de Renata Neiva durante todo el 27 de septiembre, y charla abierta sobre literatura y opinión pública en la mañana del 28. Previo a la jornada con el escritor, para los dos días se han leído y analizado crónicas de Valencia, como la historia del Biblioburro, en un pueblo de la Costa Caribe colombiana, o la trágica historia de Poñoño, un habitante de la antigua Calle del Cartucho. Si bien el día lunes la reunión atañe sólo a los miembros del Taller, el día martes la convocatoria es para que asistan todos los interesados en compartir opiniones con el invitado.

La jornada será inaugurada por la maestra Nubia Monje, secretaria de Cultura y Turismo del Huila, como quiera que dicha Institución cofinancia el proyecto Renata en la ciudad de Neiva. Los dos eventos tendrán como sede la Biblioteca Departamental “Olegario Rivera”. Miguel Darío Polanía, director de la misma, articuló la actividad al Plan Nacional de Bibliotecas Públicas y adecuó para tal fin las instalaciones.

Cristian Valencia nació en Santa Marta, Colombia, en 1963. Ha publicado las novelas El rastro de Irene y Bitácora del dragón, ambas con la editorial Planeta; el libro de crónicas Hay días en que amanezco muerto, con la editorial Random House Mondadori. En 1992 fue declarado primera mención en el Concurso Nacional de Cuento organizado por el entonces IDCT, en Bogotá. En el año 2000, la Primera Mención del Concurso Iberoamericano de Crónica, Cronistas del siglo XXI, convocado por la revista Gatopardo para toda Latinoamérica.