Como quiera que el Taller Relata Huila se ha especializado en la escritura de cuentos, sin ir esto en detrimento de otras posibilidades de escritura (novela, poesía, crónica, testimonio, ensayo) que el tallerista puede adelantar, en general los comentarios apuntan a la consecución de herramientas pertinentes para tal fin.
El cuento es ficción: Al margen de que la materia prima de que dispone el escritor provenga en muchos casos de imágenes, acciones o hechos que han ocurrido o se han visto en lo que damos en llamar la "realidad", nunca, en todo caso, la escritura de un cuento será un fiel reflejo de ésta. El escritor, con esta materia disponible, manipula la información original para dotarla de elementos estéticos propios del acto de la escritura. Un buen cuento lo es en tanto el escritor acierta en una serie de decisiones que ha tomado para transmutarr la información y construir con ésta un artefacto estético lleno de sensibilidad y que se llama cuento.
Todo cuento es contado por un narrador: Esa información de la cual se acaba de hablar como punto inicial debe ser conducida mediante una voz a la cual se le llama "narrador". El narrador es el sujeto de ficción (y esto hay que recalcarlo, que es tan de ficción como la historia misma que cuenta)responsable de narrarnos lo sucedido. Los buenos narradores, por lo general, tienden a hacerse invisibles al momento de leer un texto literario, es decir que el lector va siendo dirigido directamente al núcleo de los acontecimientos sin que advierta, o al menos lo advierta como parte del artefacto, que quien lo guía es también el resultado de un truco narrativo. Los tres tipos de narrador, en términos generales, son: Narrador en tercera persona: En este caso quien cuenta los hechos no tiene nada que ver con estos, se relaciona con ellos desde la distancia contemplativa, es más objetivo, habla de "él", de "ella", de Carlos o de Juana, e impone una distancia que se aprecia por el hecho de asumir un lenguaje neutro (desde luego, hay distinciones que luego se trabajarán más en detalle). Narrador en segunda persona: el narrador le habla a un tú o a un usted (en erste último caso, puede verse en un cuento de Julio Cortázar). Tiene un carácter profético, marcado por los giros verbales en un tiempo en futuro y un tono claramente admonitorio. Es una especie de voz de la conciencia que puede estarle hablando, incluso, al propio narrador. Narrador en primera persona: Como testigo o como protagonista, este tipo de narrador recurre al pronombre "yo", o al "nosotros", y cuenta hechos de los cuales él ha tomado parte activa. Es un narrador en el cual la objetividad se reduce, y esto afecta considerablemente los niveles del lenguaje, la relación afectiva con lo narrado, y estos nivles dependen de la característica del personaje narrador.
Punto de vista: Junto a la decisión de elegir un narrador X o Y, pensar en el punto de vista es absolutamente clave para la calidad del relato. En la precisión del punto de vista reside la mayor parte de la verosilitud que inspire el cuento. Así, en el ejercicio que los talleristas trajeron a esta sesión (ver el protocolo 1), uno de ellos le dio la voz de observar el velorio a una niña cuya edad calculamos en doce años. Entonces, el radio de acción de esta niña, la cual ve todo lo que ocurre a su alrededor, debe intentar conservar no sólo un posible lenguaje para su edad, sino, y esto es lo más importante, los hechos deben correspondet a su condición de infante.
Ejercicio in situ 2: Con el fin de trabajar lo concerniente al narrador, al punto de vista y a algo que se abordará en módulos posteriores (estilo directo y estilo indirecto), el siguiente ejercicio se plantea como la posibilidad de suprimir el intermediario de lo que se nos refiere para contarlo directamente, es decir, desde la fuente primaria. Si en el estilo indirecto un personaje nos dice lo que otro le dijo (es decir que nos lo dice pero con sus propias palabras), en el directo el personaje que se lo dijo también nos lo dice con sus propias palabras. El texto es el siguiente:
El coronel de la Policía, al hacer las averiguaciones de rigor con relación a la presencia de posibles paramilitares en la zona, causantes, al parecer, de la muerte por descuartizamiento de tres humildes campesinos, se encontró con que el principal relato para hacer tales cábalas provenía de un hijo de una de las víctimas. El niño, de apenas ocho años, le dijo entre balbuceos que él había presenciado todo. Le dijo que eran las seis de la mañana, que él estaba ya despierto pero metido aún debajo de las cobijas por el frío, y que sintió primero unas fuertes pisadas, y luego gritos y más gritos, todos de voces diferentes. Dijo que se escondió debajo de la cama, que corrió la sábana y que, como era un día claro, por una pequeña rendija observó como los campesinos eran empujados, puestos de rodillas y ultimados de un solo tiro de fusil por detrás. Luego, vio que los arrastraban de las piernas, que los metían en el monte y que, acto seguido, sintió prender una motosierra. Dice que le pareció oír que mientras ésta sonaba, muy fuerte, una de las víctimas aún gritaba que por favor lo dejaran libre, que él no era ningún guerrillero sino que los pobres campesinos tenían que atender a unos y a otros o si no se morían.
Como se puede apreciar, lo visto y dicho por el niño ha sido acomodado al lenguaje del Coronel. Ahora, la tarea es recuperar la voz directa del niño, contar eso mismo pero como si fuera él quien estuviera dando el testimonio. Procurar no modificar mucho la información contenida en el texto.
Punto de vista: Junto a la decisión de elegir un narrador X o Y, pensar en el punto de vista es absolutamente clave para la calidad del relato. En la precisión del punto de vista reside la mayor parte de la verosilitud que inspire el cuento. Así, en el ejercicio que los talleristas trajeron a esta sesión (ver el protocolo 1), uno de ellos le dio la voz de observar el velorio a una niña cuya edad calculamos en doce años. Entonces, el radio de acción de esta niña, la cual ve todo lo que ocurre a su alrededor, debe intentar conservar no sólo un posible lenguaje para su edad, sino, y esto es lo más importante, los hechos deben correspondet a su condición de infante.
Ejercicio in situ 2: Con el fin de trabajar lo concerniente al narrador, al punto de vista y a algo que se abordará en módulos posteriores (estilo directo y estilo indirecto), el siguiente ejercicio se plantea como la posibilidad de suprimir el intermediario de lo que se nos refiere para contarlo directamente, es decir, desde la fuente primaria. Si en el estilo indirecto un personaje nos dice lo que otro le dijo (es decir que nos lo dice pero con sus propias palabras), en el directo el personaje que se lo dijo también nos lo dice con sus propias palabras. El texto es el siguiente:
El coronel de la Policía, al hacer las averiguaciones de rigor con relación a la presencia de posibles paramilitares en la zona, causantes, al parecer, de la muerte por descuartizamiento de tres humildes campesinos, se encontró con que el principal relato para hacer tales cábalas provenía de un hijo de una de las víctimas. El niño, de apenas ocho años, le dijo entre balbuceos que él había presenciado todo. Le dijo que eran las seis de la mañana, que él estaba ya despierto pero metido aún debajo de las cobijas por el frío, y que sintió primero unas fuertes pisadas, y luego gritos y más gritos, todos de voces diferentes. Dijo que se escondió debajo de la cama, que corrió la sábana y que, como era un día claro, por una pequeña rendija observó como los campesinos eran empujados, puestos de rodillas y ultimados de un solo tiro de fusil por detrás. Luego, vio que los arrastraban de las piernas, que los metían en el monte y que, acto seguido, sintió prender una motosierra. Dice que le pareció oír que mientras ésta sonaba, muy fuerte, una de las víctimas aún gritaba que por favor lo dejaran libre, que él no era ningún guerrillero sino que los pobres campesinos tenían que atender a unos y a otros o si no se morían.
Como se puede apreciar, lo visto y dicho por el niño ha sido acomodado al lenguaje del Coronel. Ahora, la tarea es recuperar la voz directa del niño, contar eso mismo pero como si fuera él quien estuviera dando el testimonio. Procurar no modificar mucho la información contenida en el texto.